Sin banda sonora
Autor: | Cotes Navarro, Mayra Alejandra |
Colaboradores: | Avila Pérez, Alfonso José (Editor Literario) Avila Bustos, Camilo José (Ilustrador) Herrera Lora, Rosa Alejandra (Coordinador Editorial) |
Heme aquí otra vez, lanzándome al agua, dejando desbordar mis ideas, concretándolas en un manuscrito y compartiéndolas con ustedes.
Esta vez les presento una compilación de cuentos, jugueteando con diferentes narradores, poniéndole voz a hombres y mujeres indistintamente, cuentos que surgieron de conversaciones cálidas, de narrativas de otros tiempos, de sueños delirantes o de la magia de un objeto que trascendió en una historia.
Esta vez me atreví a llamarme poeta, además, y desnudo mi alma contándoles mis emociones de este tiempo o de un tiempo remoto donde habían quedado plasmadas mis impúberes letras en algún cuadernillo acartonado. Los vi bajo la lupa de la madurez y rescato su encanto juvenil, actualizándolos en mi ahora. Poemas con diferentes ritmos y sonoridad, con guiños evidentes a frases de canciones populares, en algunos casos esmerándome en la métrica, otros con una rima orgánica que se dio casi sin pensarlo, todos muy honestos, atendiendo a la sensación de su momento.
¿Que por qué Sin Banda Sonora? Pues se debe a esa impresión mía de sentirme inmersa en una película: observo los paisajes como el encuadre de la fotografía de un filme, veo entrar y salir personas de mi vida, considerándolas el elenco, bien sea como extras, como invitadas especiales o como estelares memorables, según su permanencia. Algunas representan antihéroes o antagonistas con la total posibilidad de llamarlas o no a una segunda entrega. En situaciones angustiosas o cuando estoy a punto de tomar decisiones difíciles, imagino el close up de miradas y gestos, voy en ese viaje interno a los recuerdos, haciendo flashback ante alguna situación detonante que me regale un boleto al pasado. Entonces pienso qué útil habría sido la música de fondo que nos preparara para cada momento. En conclusión, se me ocurre pensar: si la vida es un filme sin música de fondo, no deberíamos resignarnos a que sea una austera producción de Dogma 95, estamos llamados a incluirle la melodía nosotros mismos, a darle el ritmo, a nutrirla de la mejor música, generando nuestra propia banda sonora.
Mayra Alejandra Cotes Navarro