Arquitectura, fin de siglo
Un manifiesto de ausencias
Autor: | Saldarriaga Roa, Alberto |
Entre los resultados del espejismo del progreso, sobresalen el carácter cada día más arduo de la «lucha por la supervivencia», la generalización del sentimiento de fracaso y frustración en el espíritu reflexivo, la formación de grupos transnacionales de poder más fuertes que el Estado, la convicción de que el presente es extremadamente frágil y transitorio y que está sujeto a fuerzas capaces de destruirlo, igual que a la vida misma.
Ante esto, la arquitectura se ha puesto al lado del dinero, al servicio del poder, engolosinada en las formas y tras una «nueva arquitectura». Ha sido incapaz de valorar, asumir y solucionar las innumerables necesidades humanas que requieren de atención inmediata. Ello ha oscurecido las razones últimas de su función: la condición existencial básica de cualquier hecho arquitectónico y su capacidad de hacer el futuro.
El progreso se ha circunscrito únicamente a lo material y está convirtiendo al mundo en su campo de experimentación. Los estragos son ya de tal magnitud que compiten en forma alarmante con los logros alcanzados por un siglo brillante, vertiginoso y demoledor, que nos hace pensar que los problemas son más fuertes que las soluciones y que, tal vez, estemos asistiendo al fin del futuro, que en Latinoamérica se confunde con una intransigente esperanza y un falso realismo. Aquí, diariamente se construyen las peores anomalías urbanas y arquitectónicas, presentadas como ejemplares de lo lógico y lo razonable.