Afrontando la ansiedad y el estrés ante el COVID-19 y el aislamiento
Autores: | Ochoa Cucaleano, Pedro Pablo Acero Rodríguez, Paulo Daniel |
El brote de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) y las medidas
tomadas por las autoridades para disminuir la curva del contagio,
tales como: el distanciamiento físico, el confinamiento y el cierre
de lugares públicos, sitios de trabajo y locales comerciales, se han
convertido en fuentes de estrés para muchas personas. Derivado de
los anterior, el miedo y la ansiedad frente a la posibilidad de enfermar,
la incertidumbre frente al futuro inmediato y la inestabilidad laboral,
pueden resultar abrumadores y ser causa de un gran malestar.
Aunque una respuesta común es alejarse de aquello que nos provoca
malestar, en ocasiones la fuente del malestar se encuentra en nuestras
propias experiencias privadas: los pensamientos que tenemos sobre
el futuro, los recuerdos del pasado y la cantidad de respuestas
emocionales que surgen (a veces de forma espontánea) frente a diversas
situaciones cotidianas. Con frecuencia, pensamos qué puede depararnos
el futuro, y ese pensamiento genera malestar e incomodidad, pues
tememos caer enfermos o ver enfermar a nuestros seres queridos y
este temor nos inmoviliza y agobia; de ahí que terminemos tratando de
escapar o evitar aquello que pensamos y sentimos.