Manual de discipuladores
Autor: | López Areiza, Hugo Alberto |
La mayor necesidad de la iglesia actual no son las grandes multitudes de simpatizantes, sino la reproducción de discípulos.
En palabras de nuestro padre, el apóstol Hugo López:
La combinación de un evangelio genuino basado en la palabra de Dios y no en la interpretación privada de una persona que solo quiere establecer sus normas y el denuedo de un discípulo lleno del Espíritu Santo traerá a las iglesias en las casas las señales, prodigios y milagros que harán que el mundo nos preste atención y conozca que Jesús es el Señor.
Este será el medio que Dios usará para abrirle puertas a la iglesia y al mismo tiempo es la llave para su crecimiento. Debemos ir a las casas con la fe de que Dios hará sanidades y con la osadía para orar por las personas.
Los pastores que tienen una visión apostólica deben tomar líderes que son discípulos para enseñarlos, guiándolos con todo amor y paciencia dando como resultado un ministerio de reproducción que levantará llamados para Dios y una generación de relevo que recogerá la cosecha que Dios tiene para este país y así, tener un ministerio de continuidad.
De poco nos sirve predicarles a las multitudes, ganar a miles y no tener un solo discípulo que mañana sea un ministro que nos pueda ayudar a darle continuidad, no a nuestro ministerio, sino al de Jesucristo.
¿Será que los pastores son incapaces de trabajar con otras personas o no soportan a los que tienen potencial para ser mejor que ellos? ¿Se conforman haciendo solo evangelio cambia y no quieren asumir la responsabilidad para levantar líderes?
¿Qué cuesta más? ¿salvar mil en un llamado o hacer de un salvo un discípulo? No seamos de aquellos que aman las multitudes, pero aborrecen al individuo.
Es tiempo de levantar discípulos.
Muchos de estos discípulos se equivocarán, otros caerán, algunos serán engañados por el diablo, otros desfallecerán y dejarán la obra de Dios. Estos son los riesgos que debemos tomar y, a pesar de ellos, proseguir con estos discípulos; porque, les pregunto, ¿quién de nosotros no falló, cayó, se debilitó o hizo la obra de Dios con indolencia y hoy estamos sirviendo por la paciencia que nos ha tenido el Espíritu Santo? Y, ¿por qué no creer que Él es suficiente para seguir levantando sus llamados y ungirlos para la obra con la colaboración de nosotros?
Creo firmemente que Dios nos va a dar en los próximos días una cosecha de discípulos que no hemos tenido por años. Solo les pido que obedezcan y preparen líderes para la viña del Señor.
Con amor, su padre y apóstol en la fe,
Hugo López.
Son estas palabras y el corazón de nuestro mentor, lo que ha dado a luz el siguiente manual.
Creemos que servirá para capacitar a hombres y mujeres que desean servir y cumplir con el llamado de discipular.