Reseña

¡Qué responsabilidad tan grande ser padres!
Es una grande bendición, el más grande regalo que puede darnos Dios en su creación, pero encierra una gran responsabilidad, es un trabajo que demanda mucho corazón, pero también mucho cerebro.
Nadie nos enseña a ser Padres o Madres y este aprendizaje involucra el famoso proceso de ensayo/error e ir tanteando y desechando estrategias que no funcionan, aprovechando y repitiendo otras que parecen dar resultado y lo que muchos padres hemos experimentado: tomar de la crianza de los hijos mayores cosas que pensamos que fueron buenas y erradicar en la crianza de los más pequeños, otras que no fueron tan afortunadas.
En la mayoría de ocasiones nunca estamos completamente satisfechos o seguros de que lo que hacemos es lo correctos, copiamos patrones errados de nuestros propios padres por aquello del modelamiento que generaron en nosotros o porque en nuestro propio proceso de crecimiento personal no hemos llegado a la conciencia de la actuación autónoma.