El murmullo de las hojas
Autor: | Londoño Betancur, Juan Esteban |
Murmullo entre ruidos
No todos los caminantes escuchan lo que las hojas de los árboles trasmiten según mandatos de la lluvia, de la luz o del viento.
La poesía así lo intenta y transmite de manera sustancial Juan Esteban Londoño en sus bellos e inquietantes poemas.
Su alto sentido de la realidad que no escamotea sucesos irreales o surreales lo condujo a escribir un poema que transcurre inicialmente en el cementerio de Montparnasse en memoria del poeta que nació “un día que dios estuvo enfermo, grave”.
Londoño lleva en su andadura la premonición de un “París con aguacero” y siente que lleva en los nudillos de las manos una lluvia escondida.
Su palabra oscila entre la orilla del deseo y la de aquello que llamamos con pompa y presunción la realidad. Está escrita con bronca sutileza y desde una visión múltiple creada no pocas veces en una alternancia de los sentidos. El poeta parece ver con los oídos, escuchar con los ojos y convocar en la palabra un paisaje del olor y un paisaje del tacto.
En El murmullo de las hojas hay una especie de geopatía, de paisajes dolorosos o enfermos que no caen en la esfera de la queja, de la culpa o el dicterio. Además del poema que señalo y de otros más que destacables como el de las madres que desde las ventanas otean a los que no regresan, el poeta habla de sueños, de hambres no saciadas y de un país de voces rotas.
La muestra de cuentos incluye “Tuve que levantarme la camisa para ver si no me había roto”, que ocurre en un lugar de la ciudad donde “Muchos héroes del barrio eran niños criminales”.
El capítulo de ensayos trae textos sobre Trakl, Artaud, expresionistas como Heym, Benn y Döblin y creadoras fundamentales como Else-Lasker-Shüller, Ingeborg Bachman y María Zambrano.
Juan Manuel Roca