El camino de la contemplación
La interacción de la meditación y las relaciones en la vida cotidiana
Autor: | Seethaler, Karin |
Colaborador: | Guerrero, Edgar Arcesio (Traductor) |
La relación con uno mismo está estrechamente vinculada con la pregunta, o más bien con la respuesta a la pregunta: ¿Quién soy yo?
"Los grandes maestros nos dicen que esta es la pregunta más importante del mundo."
Muchos santos han respondido a esta pregunta con imágenes simbólicas: "Soy una gota del océano divino" (Teresa de Ávila), "Soy una llama del fuego divino" (Juan de la Cruz), "Soy una chispa de Dios" (Maestro Eckhart). Pablo simplemente nos llama "hijos de Dios" (cf. 1 Jn 3,1; Rom 8,16). Y dado que somos hijos de Dios, Dios es nuestro Padre. Esta certeza se expresa en el Padrenuestro, en el que nos dirigimos a Dios simplemente como Padre.
La filiación divina es nuestra identidad más profunda. ¡Dios nos ha dotado de una gran dignidad! Es un tesoro que todos poseen sin excepción. Por esta razón, Jesús dijo: "Ustedes son la luz del mundo" (Mt 5,14). Jesús no dijo que aquellos que hacen todo correctamente son la luz del mundo. Tampoco dijo que algún día podrían llegar a ser la luz del mundo si se esfuerzan lo suficiente