Reseña

La sexualidad es una dimensión fundamental en las experiencias de las personas, que abarca aspectos biológicos, sociales, emocionales y psicológicos; a lo largo de la vida las expresiones sexuales varían ampliamente entre los individuos según su cultura y creencias, por lo tanto, esta es necesaria en la identidad del ser humano, pues es algo intrínseco en cada persona que permite percibir las actitudes y comportamientos sexuales de los sujetos.
Este estudio etnográfico centró sus bases en las Humanidades y las incidencias sociales, permitiendo conocer cómo los estudiantes de la Universidad de Pamplona desarrollan su sexualidad al llegar a la ciudad de Pamplona, un espacio juvenil donde generalmente se vive una transición entre la adolescencia y la adultez, volviéndose un terreno fértil para el descubrimiento personal, la exploración de deseos y la toma de decisiones que pueden marcar de una u otra manera, el futuro de cada individuo.
Asimismo, al adentrarse en esta investigación se analizó que la gran mayoría de los discursos, mencionan que Pamplona tiene un alto índice de enfermedades de transmisión sexual, a la vez un desconocimiento en educación sexual, pues algunos vienen de familias, municipios y escuelas conservadoras donde hablar de sexualidad es un tabú. Sin embargo, al llegar a Pamplona y empezar a explorar sus deseos sexuales analizan que esta educación es un aspecto fundamental que deben conocer desde temprana edad, para tomar decisiones responsables.
Por otro lado, este estudio se realizó desde un enfoque cualitativo y un método de etnografía post moderna, que se caracteriza por ser una técnica de investigación que prioriza los significados, acciones intercambios simbólicos de los individuos y a la vez configura un texto literario. La etnografía posmoderna busca ser una narrativa agrupada y coherente, donde los investigadores suelen presentar sus estudios de manera fragmentada, dando espacio a varias voces y versiones de la realidad.
Además, en el desarrollo de esta investigación, se aplicaron diferentes instrumentos para categorizar la población por medio de encuestas, cuestionarios y entrevistas, que permitieron un primer acercamiento con los coinvestigadores y sus experiencias de vida. La información proporcionada, se analizó mediante la teoría principal del estudio que fue la Teoría de Acción Razonada, propuesta por Martín Fisbhein e Icek Ajzen, en (1967), dicho modelo concibe al ser humano, como un ser racional que tiene presente la relación y la toma de decisiones a nivel conductual.
Según Fisbhein y Ajzen, (1990) afirman que, “esta teoría asevera que es posible predecir las conductas desde las actitudes, las intenciones conductuales y las creencias en relación con la influencia social y la predisposición del sujeto hacia la última”. Lo precedente indica que, en la Teoría de Acción Razonada, la intención del individuo para llevar a cabo una conducta es la determinante inmediata de una acción.
Finalmente, se podría afirmar que este modelo integra los factores actitudinales y comportamentales para explicar las conductas de los sujetos, estos dos factores nombrados anteriormente cumplen un papel fundamental, pues indican el equilibrio de cómo las personas tienden a comportarse, evaluando las consecuencias que se tengan, ya sea positivamente o negativamente. Por otra parte, este no solo depende de una creencia, sino que también de las influencias que son recibidas por el entorno social para realizar o no cierta conducta. Ambos formando la intención del comportamiento.