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ISBN 978-628-01-8419-7

Maradona no morirá en Argentina

Autor:Ramirez Rodriguez, Diego
Editorial:Ramirez Rodriguez, Diego
Materia:325.1 - Inmigración
Clasificación Thema::FXQ - Tema narrativo: exilio, migración, desarraigo
Público objetivo:General / adultos
Disponibilidad:Impresión bajo demanda (POD)
Estatus en catálogo:Próxima aparición
Publicado:2025-06-30
Número de edición:1
Número de páginas:77
Tamaño:15x20cm.
Precio:$55.000
Encuadernación:Tapa blanda o bolsillo
Soporte:Impreso
Idioma:Español / Castellano

Reseña

Algunos países blindan sus fronteras y aeropuertos, a fin de evitar la entrada masiva de migrantes, mientras que otros, específicamente como Corea del Norte, no permiten la salida de sus pobladores, a otros sitios del planeta, del mismo modo, presentan fuertes restricciones, para permitir la entrada de cualquier persona, interesada en su territorio.

Observamos africanos, cruzando el Mar Medirterráneo, colocando sus vidas en peligro, corriendo el riesgo de deportación, todo por huir del hambre, la miseria, las guerras y además de los conflictos étnicos.

Asimismo, los Europeos de Oriente, continúan queriendo trasladarse hacia Occidente, a causa de los conflictos por el poder, por la riqueza y las guerras, que se originan debido a una carrera armamentista, entre la Rusia de hoy y los Estados Unidos de Norteamérica. Del mismo modo, los Centroamericanos y Mexicanos cruzan la frontera hacia los Estados Unidos, sin tener en cuenta, el peligro que representa atravesar estas rutas, absolutamente indocumentados.

En este sentido, unas de las rutas más riesgosas, tiene su origen en Colombia, más exactamente en el departamento de Antioquia, y se trata del cruce por el tapón del Darién hacia Panamá, Centroamérica y México, donde existen cantidad de bandidos, aprovechando el deseo de muchos, que desean conquistar el sueño americano. De este modo, son miles los centro y latinoamericanos, que han partido desde sus países de origen, hacia Estados Unidos, Europa, Australia, Asia y Oriente, así prácticamente por todo el mundo, sin importarles mucho el cómo llegar, aún cuando acaben con sus vidas, al inicio o en la mitad del camino.

Ahora bien, mirando más precisamente hacia Latinoamérica, y su voraz problemática de desplazamiento, resalta sobremanera, el caso de los venezolanos y colombianos, hermanos desplazados, vueltos migrantes hacia diferentes países del mundo.

Es paradójico, que un país como Venezuela, con una de las reservas más grandes de petróleo a nivel mundial, rico en oro, minerales, tierras muy fértiles y productivas, además con una enorme biodiversidad de flora, fauna y con una ubicación geográfica envidiable en el Caribe, esté transitando por una de las situaciones más oscuras de su historia.

Los hijos de la llamada República Bolivariana de Venezuela, abandonan su patria por millares, algunos salen de limosna, otros con mejores condiciones, pero todos desesperados, en búsqueda de un mejor futuro para ellos y sus familias. Algunos otros, sin embargo, han salido a diferentes países para delinquir, se observan mujeres vendiéndose en los pueblos y capitales de Sudamérica, dejando una reputación miserable, acompañadas de ladrones, asesinos y de seres dignos de lástima. Aunado a esto, se encuentran los colectivos que armó el señor Hugo Chávez, quienes llegaron a nuestros territorios, para aumentar la violencia de nuestros pueblos, ¡es casi como un ejercicio de colonización!

Todo esto por culpa de una clase dirigente en el poder, que inició desde la llegada a la presidencia de la vecina nación Venezolana, del Comandante Hugo Chávez Frías, quien se encargó de implantar modelos políticos comunistas y socialistas, que únicamente han traído como consecuencia, que una nación rica y poderosa, haya quedado sumida en la miseria y degradación de sus connacionales, pues los muy pocos que tienen el poder, son quienes gozan de los privilegios que disfruta “cualquier rico en el mundo", ¡son realmente unos desvergonzados!, se les olvida que nada es eterno y que “no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista”, aunque los cubanos llevan 66 años y de nuestra hermosa Colombia ni que decir…

En este hermoso país neogranadino, no contamos con las reservas petroleras de Venezuela, pero somos versátiles y ricos en agua, fauna, flora, minerales, tierras fértiles, excelentes para cultivar, contamos además con todos los pisos térmicos, también con el Mar Caribe y el Océano Pacífico, además de tres hermosas cordilleras y la Amazonía. Asimismo, somos el país más diverso del mundo, en ritmos musicales diseminados en nuestra geografía. Desde el oriente, tenemos el joropo, en el norte el vallenato, la cumbia, la bachata, el mapalé y el porro entre otros, hacia el Occidente, la música popular, el folclor del eje cafetero, guabinas y chirimías; en el centro la carranga; hacia el pacífico, el currulao, la salsa y todo lo que representa la raza afrodescendiente, además de una cantidad de ritmos autóctonos de estas tierras y como si no fuera suficiente, producimos el mejor café del mundo. Sin duda, ¡cualquier país europeo desearía tener lo nuestro y aún si llegaran a unirse, no alcanzan la dimensión de todo lo que tenemos!

A pesar de todos estos privilegios, somos desplazados y emigramos a países como Brasil, Chile, Ecuador, Argentina, España, Europa y Estados Unidos, al igual que los venezolanos, algunos a trabajar y otros a traquetear.

En Colombia, existe el desplazamiento forzado en todos los ámbitos, producto de la riqueza de nuestro territorio, en contraste al conflicto armado, entre el Estado y la guerrilla, llámense Farc, Eln, o cómo quieran nombrarse. Se trata de una guerrilla sin ideales, enriquecida con el secuestro, la extorsión, el narcotráfico, el microtráfico de drogas, también por el oro, y las tierras productivas. Estamos dominados por todas las mafias que existen en nuestro país, porque ¡desde una rama de cebolla, hasta un kilo de carne, le pertenece a mafiosos!

A todo esto, se suma la enfermedad más grande, la corrupción en todos los estamentos del Estado, sin solución visible hacia el futuro inmediato. Éste cáncer, permea todos los sectores del Estado, sin solución hacia el futuro inmediato". La clase dirigente, llámese de centro, derecha o izquierda, ¡todos son unos desvergonzados!

Padres e hijos, nos vemos en la obligación de dejar nuestro territorio, cultura, tradiciones, familias, aún nuestras esposas y partir a países, donde por ser indocumentados somos explotados y nos criminalizan por ser inmigrantes; a esto se suma, el señalamiento de narcotraficantes y delincuentes.

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