Reseña

En 1980 nace una historia carente de amor. Es una historia de un alma nómada construida en la meca de Nueva York, pero cuya nostalgia se vive de lleno en el deseo de regresar siempre a los valles de la sierra andina de Colombia adonde la cordillera se divide en tres hasta desaparecer frente al Mar Caribe. Las montañas se volvieron sombras para su vida y un pulmón para aquel río que ha inspirado cada uno los versos compuestos durante 30 años de valentía, de sueños, de ilusiones, de fe, y hasta de fantasía. Esta historia no conoce de agujas de relojes, pero si del tiempo, porque éste ha sido su fiel acompañante y su fuente de sabiduría, aún, cuando el tiempo no sea más que una ilusión. La sabiduría ha sido su arraigo intuitivo, su plenitud mística, y su reto más grande porque él entiende que el presente no puede ser una vivencia del pasado, que hay afectos que ni la familia ni el alma gemela pueden saciar, y que la melancolía es la mayor fuerza de la vida después del amor. Así, la construcción de su historia de amor en estos 30 años de tender plumas por los caminos de la vida y del mundo, es tan dulce, tan turbia, pero también, tan plena, como las sombras del majestuoso Río Magdalena.