Reseña

Hay personas que, sin proponérselo, se convierten en el alma de una familia. Que, con una risa, una historia bien contada o una frase inesperada logran reunir generaciones alrededor de una mesa o de una simple taza de café. Así era la tía Rosita: chispeante, generosa, fuerte, y capaz de convertir lo cotidiano en un momento inolvidable.
Los cuentos que leerás aquí no vienen de libros ni de escuelas. Vienen del corazón y de la memoria. Son historias que se contaron una y otra vez entre risas, lágrimas y anécdotas compartidas; cuentos inventados, dichos de abuela, coplas populares, retazos de vida y secretos que alguna vez fueron susurros en una cocina tibia.
Este libro es una invitación a sentarse con ella, aunque ya no esté. A escucharla con los ojos cerrados y el alma abierta. A reírse con su picardía, a conmoverse con su sabiduría sencilla, a sentirse niño o nieto otra vez.
Fue escrito con amor por alguien que la conoció, que la quiso profundamente y que prometió no dejar que su voz se perdiera en el olvido. En cada página, la tía Rosita vuelve a hablar, a cantar, a enseñar. Porque mientras alguien la lea, ella seguirá viva entre nosotros.
Bienvenidos a su mundo.
Y como ella diría: “Si no es cierto, así debió haber sido.”