Reseña

En este sentido, el deseo, a partir del psicoanálisis Lacaniano, es esencial para que pensemos tanto la singularidad como el movimiento. Para Lacan, "el deseo del hombre es el deseo del otro", y en este sentido se relaciona con el reconocimiento, pues el sujeto localiza su deseo a través del otro, su semejante, que le presta fantasías para encubrir el objeto que falta. El deseo, por lo tanto, nos moviliza más allá de la completitud imaginaria de la identidad. Así, el reconocimiento, como deseo del deseo del otro, puede ser entendido en un contexto más amplio, tanto como "la inscripción de una dada subjetividad en la cultura, cuanto la percepción de que ella nunca será completa, pues el deseo insiste en quebrar los planos en un eterno ímpetu de desconocerse para reinventarse, nuevamente agujereando y sorprendiendo lo que se espera