Quince heridas, dos cicatrices, tres consuelos - Tratado sobre las brujas
Autores: | Duncan, Cristina Villa Meriño, Luisa |
Estamos ante dos poetas con voces desgarradores. Cristina Duncan en Quince heridas, dos cicatrices, tres consuelos. Veinte relatos de una testigo no siempre accidental se ubica en la frontera entre el arte y el testimonio, entre la estética y la ética. Su brutal honestidad conmueve, incomoda y obliga a mirar aquello que muchas veces se prefiere ignorar: la violencia sexual como estructura persistente en nuestras sociedades. La poesía, en este caso, no embellece, sino que resiste desde la verdad brutal de una voz que no debió haber sido silenciada. No hay metáforas en la poética de Cristina Duncan que amortigüen el golpe de las palabras. El efecto de esta austeridad formal es el de una violencia contenida en el testimonio mismo.
Luisa Villa Meriño en Tratado de las brujas ofrece poemas de encierro, desposesión y memoria. La voz poética se halla en una suerte de cautiverio físico y simbólico, desde donde se construye una escritura temblorosa pero desafiante. La irrupción de los nombres propio en el poema: Palmira, Jorgina, Prudencia, Inés, Judith… introduce una grieta por donde entra la memoria amorosa, el mito personal, el deseo de retorno o salvación. El poema en Luisa Villa dibuja una tensión que hace de la poesía un campo de resistencia.