Historia de la Coca / Khoka Project
Autor: | Mejía Villa, Susana |
Este libro nació de un encuentro. De ver, por primera vez, una planta de coca en el Amazonas, en las chagras de las familias con las que trabajábamos. Ellas usaban la coca para hacer mambe. Cuidaban sus plantas con dedicación, como parte de su vida cotidiana. Y yo, desde la curiosidad más simple, quise entender quién era esta planta.
Así empezó todo. Desde la curiosidad, desde lo empírico, como casi todo en mi vida. No fue un proyecto planeado desde un escritorio. Fue un viaje; un viaje de más de diez años, en el que visitamos lugares, escuchamos saberes, sembramos, preguntamos y aprendimos. Pero detrás de esa curiosidad había un propósito muy claro: conocer la coca y estudiarla. Primero entender yo, con humildad, para después compartir ese conocimiento con otros. Soy de un país, Colombia, donde la coca ha sido siempre vista desde el estigma, la violencia, la guerra. Crecí en Medellín en los años ochenta y noventa, cuando la palabra coca estaba asociada al narcotráfico, a la prohibición. Y, sin embargo, allí en la selva, frente a esa planta viva, entendí que había mucho más.
Este proyecto fue, entonces, una manera de desarmar esa mirada fragmentada. De buscar la agencia1 de la planta, su poder como ser vivo, más allá de los usos que los humanos le hemos dado. La coca tiene una historia propia, que no se agota en nuestras narrativas. Su botánica, su química, su presencia en el mundo, hablan por ella.
El jardín que creamos fue nuestra manera de acercarnos a la planta. Sembrarla y cultivarla fue el gesto más simple y más profundo. Sin el jardín, este proyecto no existiría. Porque fue allí, cuidándola, observándola, y simplemente esperando —porque debimos seguir los tiempos de la naturaleza—, donde pudimos mirar realmente a la coca como lo que es: una planta sagrada, compleja, con un rol cultural, ecológico y simbólico que atraviesa la historia de Suramérica.
En este camino, nunca estuvimos solas. Este libro editado en español e inglés en la misma publicación, este archivo, esta exposición, son el resultado de muchas voces, muchas manos, muchos encuentros, que, como lo describe una amiga con cariño, fueron posibles gracias a una verdadera cadena de afectos. Una red de relaciones que sostuvieron este proyecto desde la generosidad, el cuidado y el intercambio.
Pero más allá de la investigación, de los viajes, de las conversaciones, hubo siempre una certeza: solo el arte nos permite contar esta historia desde otro lugar. El arte indulta a la planta, le devuelve un espacio de existencia. Exhibir la coca viva en un museo, presentarla en un jardín abierto al público, escribir sobre ella en un libro, son actos que permiten a la planta ser visible, la dignifican, para que pueda estar presente.
Este proyecto no pretende dar respuestas definitivas. Es una invitación a mirar de nuevo, desde el afecto, para transformar imaginarios y acercarnos a la coca desde su propia agencia.