Sencillos conceptos acerca de la oración
Dime cómo oras y te diré qué cristiano eres
Autor: | Uribe Jaramillo, Alfonso |
Colaborador: | Tuta Cortés, Néstor Alberto (Coordinador Editorial) |
Muchas veces me he preguntado ¿por qué después de tantas conferencias que hemos oído sobre la importancia y necesidad de la oración oramos tan poco?
La respuesta es muy sencilla: No amaremos la oración y no la frecuentaremos si no recibimos del Espíritu Santo el don de la oración.
En el profeta Zacarías hallamos estas palabras: «Derramaré sobre la dinastía de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración; y mirarán hacía a mí. En cuanto a aquél a quien traspasaron, harán duelo por él como se llora a un hijo único, y le llorarán amargamente como se llora a un primogénito» (Za 12,10).
Cuando el Espíritu Santo entra en la vida de una persona le concede este regalo maravilloso. Es lo que vemos en Jesús, en María, en la Iglesia que nació en Pentecostés y en todos los grandes orantes.
Si tú de verdad quieres llegar a ser un hombre de oración tienes que empezar por pedir insistentemente al Espíritu Santo este don tan precioso.