Reseña

De oficio, Mario es cirujano destacado y médico científico (sus alumnos se enorgullecen de él), amante de la música y buen padre de familia (hasta aquí su condición de ciudadano). Pero de espíritu, es un artesano imaginativo, un escritor creativo y un hombre que siempre camina con el niño que fue y el muchacho que lo invita a ser aventurero. Ser niño curioso y muchacho investigador, son su marca de vida. Y si bien ha escrito biografías, notas sobre su profesión médica y artículos para revistas indexadas, en lo que hace gala de una escritura cuidada y concisa, lo más interesante en él son sus juegos de imaginación y el humor (a veces negro) que acredita.
Y en esta imaginación, fruto de una vida digna en la que ama, ayuda, se asombra, trabaja, tiene disciplina y es un buen amigo, lo que llamaríamos su literatura infantil (que no ha sido otra cosa que recuperar su niño creativo) nos propone mundos no vistos, que van desde luciérnagas que han perdido su luz y piden ayuda a otros animales, hasta conversaciones entre las letras y rebeliones de los signos ortográficos, pasando por un cumpleaños en el que el homenajeado se come todo el pastel, dejando a los invitados en veremos.

Memo Ánjel R.