Reseña

En un mundo donde lo sagrado se esconde en servidores apagados y algoritmos corruptos, El último chamán de Chapinero emerge como un poemario que reconcilia el ritual ancestral con la precariedad digital. Íkaro Valderrama, con la audacia de quien descifra mensajes divinos en fallos de sistema, teje una liturgia glitch donde los dioses habitan routers oxidados y las profecías se escriben en teclados abandonados.

Este libro es un viaje desde los cerros de Bogotá hasta los mercados de Kolkata, pasando por bestiarios de silicio y haikus escritos en servilletas de panadería. Aquí, el chamán no sacrifica llamas, sino disquetes; no escucha espíritus en el viento, sino en el zumbido de discos duros que giran como ruedas de oración. La poesía de Valderrama es un puente entre el chatkhan siberiano y la guitarra eléctrica, entre el trueno que nace de un tambor y el silencio sagrado de un 404 Not Found.

El último chamán de Chapinero no es solo un libro: es un manual de supervivencia para un mundo hackeado, donde lo divino persiste en lo obsoleto, y la única redención posible está en aprender a leer entre los errores.