Reseña

En las páginas de Pesadilla se despliega un escenario de caos y desolación, inspirado en algunos eventos que marcaron la Guerra de los Mil Días. Aquella época dejó cicatrices profundas en una nación que, aún herida, buscó su reconstrucción bajo el liderazgo de Rafael Reyes.
Sin embargo, los esfuerzos por restaurar el orden no lograron borrar por completo el eco de la guerra, que resonó durante años en cada rincón del país.
La obra bebe también de los delirios de figuras como Gabriel Antonio Goyeneche, un personaje excéntrico y eterno candidato a la presidencia, cuya visión desquiciada del mundo ofrecía una ventana a la locura colectiva que, en ciertos momentos, parecía dominar al país. En sus discursos absurdos y sus propuestas desbordadas de irrealidad, puede hallarse el reflejo de una nación perdida entre la razón y el delirio.
Hoy, esa sombra de anarquía vuelve a cernirse sobre el presente. Las protestas disfrazadas de justicia social bloquean el país, mientras el desgobierno cede ante el caos. La inseguridad se expande, alimentada por factores internos y externos, y el diálogo con el terror no hace más que agudizar la sensación de que el país está al borde de un abismo.
En este contexto, Pesadilla,como narración distópica, en la que el bando rojo representando la nueva ideología y “El Pipo” encarnando a nuestra fuerte y noble democracia, se alza como un espejo deformado de la realidad, y a través de sus personajes y situaciones absurdas, pretende sembrar en el corazón de los lectores la esperanza de que el caos que hoy angustia al país sea también una triste y amarga pesadilla.