Reseña

Este poema de la Patria surcada por caminos transitables sin temor, donde las puertas están puestas para el abrigo y no para el enemigo; donde el juego, la risa, el canto, la conversación, los castillos de estoraques y los hombres y mujeres recios, trabajadores y soñadores se confunden, no es una utopía, existió en las coordenadas del tiempo y del espacio, en un pedacito de paraíso llamado La Playa de Belén, cuyo recuerdo se instaló para siempre en el alma de su hijo poeta Jesús Alonso Velásquez Claro, ?Nano?, como cariñosamente lo llaman sus amigos, quien en este nuevo libro de poemas, prosas y acrósticos, titulado ?Así en la tierra como en mis versos?, le canta y le cuenta, todo lo que hacen por él y a través de él los buenos días de su infancia y juventud, la buena siembra que hizo en su alma el pueblito que dejó por obligación, sin vocación, para buscar los espejismos del progreso económico y la posición social que ofrece la gran ciudad, donde a pesar de tener todo para una vida confortable y el reconocimiento del medio social, algo hace falta, puesto que a los ojos, el paisaje lastima por el constante asesinato de los árboles, la creciente ola de espumas sintéticas que ensucian las cañadas y los ríos, y los cinturones de miseria que crecen sin parar; estas son las ciudades del capitalismo salvaje de estos tiempos neoliberales, que nos hacen añorar el paraíso perdido de los pequeños pueblos donde el hambre o la miseria de los vecinos se convierte en asunto de todos, donde nadie es anónimo, ni víctima de la indiferencia de sus semejantes, donde todavía se es desobediente a las leyes del Mercado, como canta Fito Páez:
?En tiempos donde nadie escucha a nadie
en tiempos donde todos contra todos
en tiempos egoístas y mezquinos
en tiempos donde siempre estamos solos
habrá que declararse incompetente
en todas las materias de mercado
habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado?