Reseña

El carreteable serpenteaba adentrándose en la selvatiquez poco antes del broquel rocoso y perenne de la cordillera, quietud en abundancia, efluvio emanado del entorno ingénito de especies, lianas, bromelias, bejucos, fustes, verdores múltiples y solemnes, entretejido abrumador y asombroso, diversidad como promesa para ser descubierta. Un velo nebuloso y ligero rastreaba las huellas pedregosas de la calzada sin que los faros del jeep pudieran interponerse a tal barullo. Adelanto pausado, golpeteo constante del motor, herrajes corroídos, fricción esparcida en la medida que el anticipo sonoro dejaba atrás el silencio en equilibrio, tránsito y comarca ocupada por un amanecer calmo y ágil en el proceder.