Reseña

Antología instantes o la recuperación
de la tradición literaria de la ciudad

Conocí a Hilda Nora, la compiladora de esta obra, mientras fuimos compañeros en una institución educativa de la ciudad de Armenia. Una de las cosas que más me llamó la atención fue su tenacidad y la disciplina que imprime en los proyectos que inicia. Basta ver a la profesora en su bicicleta para reconocer en ella a una soñadora. Sin duda, esa capacidad de soñar y esa fortaleza para perseguir sus sueños son algo que los demás admiramos. Ese carácter y esa misma templanza los puso “sobre el ruedo” cuando quiso tener un libro que fuera el fruto del trabajo colectivo y que, ante todo, tal como dice ella, permitiera “la liberación de mundos guardados” de sentimientos y emociones que fluyen en estas líneas y que ahora, con la lectura, pueden continuar “el viaje de la palabra escrita”. A Hilda le debemos una enorme preocupación por hacer de la literatura un espacio para todos.
Este libro que conserva un bello título: “Antología Instantes”, resume en su nombre todo aquello que somos: un instante, una idea, la poesía misma, la creación. Organizado de manera temática por capítulos, en esta obra el lector podrá encontrar una serie de producciones literarias de amigos, de personas cercanas y de todos aquellos que quisieron expresar su voz a través del cuento, del poema y de la anécdota. Por sí mismo, este libro es un collage, es una amalgama de pensamientos de sujetos que se preocupan por la exaltación a través de las ideas, por la expresión estética y por la sonoridad de la palabra cuando es lanzada como una flecha que lleva fuego en su punta.
No hay lugar a dudas, la obra que hoy compila Hilda Nora Carvajal Marín es una deuda con la región. Aunque los hay, siguen siendo pocos los ejercicios de escritura que terminan por publicarse y por ver la luz en nuestra ciudad. Esta obra, como cualquiera, busca que los lectores surjan de nuevo, que aprecien la literatura del amigo, del vecino, del conocido, que observen y se asombren con esas ideas que tienen quienes nos rodean y que, sin duda, necesitamos escuchar. Como diría uno de los autores presentes en esta antología:
“Que empiece la partida.
A la muerte espero.
Lance su pinta.
Termine el juego”

Bienvenidos sean todos a esta obra, pasen y lean.
Alejandro Rubio García